Los cinco detectives 9--Misterio del príncipe desaparecido by Enid Blyton

autor:Enid Blyton [Enid Blyton]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788427221284
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2019-12-13T00:00:00+00:00

CAPÍTULO 14

Cambio de impresiones y proyectos

Antes de dar las nueve y media, Los cinco detectives y el perro ya estaban reunidos en el cobertizo de Fatty. Buster estaba encantado de hacerles los honores y, después de brincar a su alrededor loco de contento, se sentó sobre las rodillas de Bets.

—Ahora, Fatty, no nos tengas más en vilo —dijo Larry con urgencia—. Cuéntanos exactamente lo que ha sucedido sin misterios ni rodeos.

Fatty fue, pues, al grano. Sus amigos lo escucharon, muy asombrados.

—¡Escondido en un cochecito! ¡Es realmente ingenioso! —exclamó Larry—. Eso significa que el príncipe conocía muy bien a aquella mujer. Sin duda, ella había acudido allí por algún motivo.

—A lo mejor era la niñera del príncipe que, enterada de que el muchacho no estaba a gusto en el campamento, decidió llevárselo a escondidas —aventuró Bets.

—Buena idea, Bets —aprobó Fatty—. Yo también hice esa reflexión, pero los mellizos no encajan en la historia. No creo que el príncipe tuviera una niñera con gemelos.

—Es posible que fuera una antigua niñera que se hubiese casado y tenido mellizos —insistió Bets, recurriendo a la imaginación.

—De poco nos servirá formular ideas y teorías sobre todo esto hasta que no obtengamos más detalles concretos —objetó Fatty—. Quiero decir que, ante todo, debemos averiguar quién es la mujer en cuestión, si la caravana es de su propiedad, si su ida al lugar coincidió con la del príncipe, si los niños son realmente suyos o bien los hizo pasar por sus hijos para utilizar aquel cochecito doble como escondrijo. ¡Total, que hay muchas cosas que averiguar!

—¿Y tendremos que hacerlo nosotros? —preguntó Daisy, animada—. ¡Me encanta esa tarea!

—No nos faltará trabajo —confirmó Fatty—. ¿Alguno de vosotros ha leído los periódicos esta mañana?

—Yo les he echado un vistazo —respondió Larry—, pero estaba demasiado nervioso para leer. ¿Por qué?

—Porque hoy hablan un poco más del príncipe y de su país —explicó Fatty, extendiendo un periódico en el suelo y señalando una columna.

Todos la leyeron.

—Como veis —prosiguió Fatty—, Tetarua no es un país muy grande, pero tiene mucha importancia para nosotros, los ingleses, porque posee un magnífico campo de aviación que nos conviene utilizar. Por eso tenemos tan buenas relaciones con los tetaruanos.

—Y estos han enviado aquí al joven príncipe para que reciba una educación inglesa —dedujo Larry—. Ahora bien, según el periódico, en Tetarua hay un conflicto entre el actual rey y su primo porque este afirma que tiene derecho al trono.

—En efecto —afirmó Fatty—. Y existe la posibilidad de que ese primo haya enviado a alguno de sus partidarios a Inglaterra para que secuestre al príncipe Bongawah y aprovechar su desaparición para convertirse en rey. Al parecer, el príncipe es hijo único.

—Es decir, una vieja estratagema —suspiró Larry—. ¿Crees que pedirán un rescate por el príncipe?

—No —respondió Fatty—. Diría que lo que quieren es quitarle de en medio para siempre. Hay personas capaces de cualquier cosa con tal de conseguir el poder. Gente cruel.

Se quedaron todos en silencio. A nadie le gustaba la idea de que el joven príncipe fuese «quitado de en medio».

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